acerca y mueve los labios. No me habla, pero le escucho y, mientras se acompaña de suaves movimientos y ademanes delicados, me explica que lo veo porque soy niño. Se llama Particular, respondiendo a mi pregunta y continúa explicándome que él es el duende que me corresponde. Sí, de acuerdo al carácter de cada uno nos acompaña uno u otro duende y, por un instante, suspiro aliviado de que no sea uno de los que se ocultan tras las peñas. Con gestos elegantes se da prisa en aclararme que no somos niños siempre, que luego crecemos y es natural que así sea, pero que perdemos el alma niña y nuestro espíritu queda enturbiado por el tiempo. Después, un día, cuando contamos el secreto desaparece finalmente el hechizo.
Aún
resuena el eco del duende en mis recuerdos. A la entrada del río, hoy, un
cartel de grandes letras se anuncia: "Se Vende Finca Particular"…
Lleva ahí tantos años como los que yo anduve fuera del hogar. Ahora sé que no
existe riqueza alguna capaz de comprar lo que ese bosque esconde. Y si lo
hubiera, andaría igualmente sobrado de ignorancia al desconocer el verdadero
valor de tesoro tan incalculable.
…Hoy
espero al otro lado del puente y, desde la orilla, a veces veo llegar algún
niño que regresa por el camino vecinal, junto al río. No parecen ni tristes ni
alegres… Son sólo niños, verdaderos niños que el río contempla a su paso.
http://www.slideshare.net/leetamargo/el-duende-particular/1
¡ SALUDOS, AMIGOS/AS !
No hay comentarios:
Publicar un comentario